Fecha de publicación: 15/01/2021

RUTINA DE ACTIVIDAD PARA UNA PERSONA CON DETERIORO COGNITIVO (Por Roberto Suárez Canal)

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Rutina de actividad para una persona con deterioro cognitivo

 

En general, pero en estos momentos de confinamiento en particular, las personas con deterioro cognitivo necesitan seguir unos hábitos de actividades y horarios. Lo mejor para crear un hábito es conservar las rutinas ya establecidas previamente a esta situación, pero si esto no es posible, lo conveniente sería adaptarlas con el menor número de cambios.

Hay que tener en cuenta que si algo no funciona no pasa nada, se rectifica adaptándolo de forma que la persona con deterioro cognitivo se sienta bien emocionalmente y le permita responder de una manera adecuada a la nueva rutina de actividad.

Una rutina establecida ayudará a la persona con deterioro cognitivo a mantener un estado de salud adecuado y a minimizar las posibles alteraciones conductuales. Por otro lado ayudará a la persona cuidadora a no sentirse desbordada y a contar con tiempo de descanso.

¿Cómo crear un hábito?

  1. Tratar que la rutina sea sencilla y fácil de recordar.
  2. Adapta la rutina a los gustos de la persona y a las habilidades de la persona cuidadora.
  3. Mantén un equilibrio en las actividades y horarios.

 

Ejemplo de rutina:

Mañana

  • Levantarse a la misma hora (aproximadamente), ir al baño, ventilar la habitación.
  • Hacer el desayuno y desayunar.
  • Hacer la cama.
  • Higiene, aseo personal y vestirse.
  • Actividades de limpieza: fregar, limpiar el polvo…
  • Actividades cognitivas (facilitadas por el centro donde acuda). Comenzar siempre con un calendario, orientando en el día que es (día-mes-año-estación del año).
  • Salir al balcón, asomarse a la ventana para que nos dé el aire y el sol.
  • Gimnasia o actividad física. Ejercicios de psicomotricidad gruesa y fina: manipular pequeños alimentos u objetos (garbanzos, botones, etc.), lanzar y atrapar pequeñas cosas, untar pan, doblar o tender ropa…
  • Ayuda en la preparación de la comida. Comer. Tareas de limpieza tras la comida.

Tarde

  • Descanso, ver TV, escuchar música, leer… o dormir un máximo de 30’ de siesta.
  • Salir al balcón, asomarse a la ventana. Preparar la merienda y merendar.
  • A escoger cada día: actividad física (por ejemplo bailar) o actividad cognitiva a través de juegos de mesa (bingo, oca, parchís, cartas…), juegos con uso de nuevas tecnologías (solitario, memory…), música (canciones de antes, cantar, evocación de recuerdos…), pintura (hacer mandalas), pasatiempos (crucigramas, sopas de letras…), etc.
  • Contacto social: llamada o videollamada con la familia, amigos, vecinos, etc.
  • Higiene y aseo personal (baño, duchas…).
  • Preparar la cena o ayudar a ello, cenar, medicación, recoger, limpiar…
  • Ver un poco TV, escuchar música, leer…
  • Irse a dormir a la misma hora aproximadamente.

 

¿Qué podemos hacer ante una alteración de conducta?

En ocasiones, las personas con demencia pueden enfadarse e incluso volverse agresivas. Esto constituye una de las situaciones más difíciles de afrontar para sus cuidadores.

  1. Identifica qué ha ocurrido antes. Es importante saber qué ha ocurrido antes de la alteración de conducta para poder identificar el motivo que ha generado la agresividad y/o enfado.
  2. No te enfrentes a la persona con demencia. Aunque no estés de acuerdo con lo que dice o tenga una idea que no es real, no intentes razonar con ella.
  3. Respeta los espacios personales. Intenta tener siempre un espacio disponible donde se pueda conducir a la persona con demencia cuando esté alterada (su dormitorio, otra habitación, el jardín, la terraza, etc.) y deja tiempo para que se calme.
  4. Evita un lenguaje verbal o corporal amenazante y respeta su espacio físico. En situaciones tensas, muévete con lentitud y evita realizar gestos que reflejen tensión (cerrar los puños, cruzar los brazos, etc.). toma precauciones hasta que se haya calmado (por ejemplo, guarda una distancia física).
  5. Cambia el tema de conversación. Redirige el pensamiento y la atención de la persona con demencia hacia un tema que le guste y sobre el que pueda interactuar sin dificultad.
  6. No fuerces situaciones. Si la persona con demencia se altera ante la realización de una acción (por ejemplo la ducha) no le obligues en ese momento, redirige su atención hacia una actividad placentera e inténtalo de nuevo más tarde.
  7. Usa la música. Identifica las canciones que le gustan a la persona con demencia y le hacen sonreír, pónselas cuando se presente un episodio de agresividad.
  8. Usa materiales suaves. Ten a tu disposición un objeto de tacto suave (por ejemplo, una manta, un cojín, un peluche…) que permita a la persona con demencia tocarlo y sentir calma y tranquilidad. Sería preferible si el objeto se puede calentar un poco.
  9. Cremas y masajes. Cuando veas que se está alterando intenta darle un masaje en las manos, brazos, piernas u otra parte del cuerpo que sepas que le relaja. Si te rechaza no continúes con la actividad.
  10. Olores familiares. Se recomienda que tanto la persona con demencia como la persona cuidadora usen olores suaves y agradables, a ser preferibles que sean familiares para la persona con demencia.
Video explicativo